Sharismo: del comportamiento sináptico al modelo neurosocial

Como parte de su programa Tech Talks, a principios de mayo pasado la Universitat Oberta de Catalunya organizó la jornada “Web 2.0: el poder de compartir”, una conferencia participativa donde Isaac Mao, presidente de la Social Brain Foundation y autor de “Sharismo: una revolución de la mente”, profundizó en las características del modelo social y económico que propone; un modelo basado en la estructura neuronal en red que tiene como cometido, facilitar una inteligencia colectiva mediante la sensibilización al hecho de compartir.

Foto: cortesía de la UOC 

Emprendedor social, blogger, hacker, activista, consultor e investigador, Isaac Mao ha sido uno de los primeros blogueros en la comunidad China que alzó la voz contra la censura. Co-fundador de la Chinese Blogger Conference, la actividad de Mao ha estado centrada estos últimos años en la promoción de la cultura digital de libre acceso, la libertad de expresión y la libertad de pensamiento, alcanzando una notoriedad internacional cuando en 2007, lanzó una crítica abierta a Google, por cambiar su estrategia de cara a la manipulación informática en la China del momento.

Actualmente Isaac Mao está investigando cómo aplicar las nuevas tecnologías y las doctrinas sociales al eclipsamiento de la censura y el fomento de la cultura colaborativa. Paralelamente, sus investigaciones recientes apuntan hacia el desarrollo de estrategias que faciliten el desarrollo de una inteligencia colectiva, así como a la promoción de una industria de “software social”.

Y es que “con la Gente de la World Wide Web comunicando de forma más total y libre en la nueva red (“social media”), a la vez que congregándose en un boom de contenido 2.0, se hace necesario estudiar más de cerca la dinámica interna de una explosión tan creativa. ¿Qué es lo que motiva a los que participan en este movimiento y qué futuro quieren crear? Hay un hecho clave: los que comparten están acumulando capital social y una superabundancia de respeto por parte de la comunidad. El factor clave que motiva la nueva red, y el núcleo espiritual de la Web 2.0, reside en un cambio en la forma de pensar que llamamos sharismo. El sharismo propone una reorientación de los valores personales. Está en los planes de las iniciativas culturales orientadas al futuro. El sharismo es también una práctica mental que cualquiera puede probar, una actitud socio-psicológica que busca transformar un mundo amplio y aislado en un Cerebro Social super-inteligente”.

hèlix3c tuvo la oportunidad de entrevistarlo y esto fue lo que nos contestó:

El jueves, después de tu conferencia, una gran parte de la discusión sobre Sharism, se centró en el retorno de la inversión (ROI) adquirida a través del intercambio … Personalmente, he encontrado que se trata de una señal de resistencia en la «cultura de no compartir». ¿Qué piensas?

Si admitimos que somos seres humanos, también debemos aceptar el hecho de que todo mundo es un gran juez sobre la base de su propio eje de valores. Debemos respetar eso. Por lo tanto, la evaluación del retorno de inversión es muy natural cuando tratamos de adoptar una nueva norma. Sharism supone a la gente un ajuste de cuentas más claro para evaluar el esfuerzo de hacerlo. Un pequeño paso hacia la participación no causará pérdidas, pero intercambiando más a menudo, aquellas ideas que se han hecho más grandes a través del re-compartir de otros, pueden ser trazadas en tu favor a través de las redes sociales que favorecen que tus ideas y tu persona queden acreditadas y valoradas. Este tipo de retorno no se puede calcular con la economía de la vieja escuela. Necesitamos una nueva economía para calcular eso.

¿De verdad crees que es posible desarrollar una nueva sociedad basada en el neuro-paradigma? ¿Puedes explicar el origen de esta idea en tu imaginario?

He estudiado los modelos neuronales desde hace mucho tiempo, pero no sólo desde una perspectiva biológica, sino también estructural. Analizando a fondo este funcionamiento, veo que es importante desarrollar una red de personas basada en el paradigma neuronal, pues si la conexión entre neuronas es sorprendente, la conexión entre cerebros es realmente necesaria en el desarrollo de una nueva forma de inteligencia. Nuestra sociedad, hasta cierto punto, se asemeja a un micromundo de conexiones neuronales, algo que puede ayudarnos a descubrir ese nivel inteligencia sagrada (sic) si fomentamos este tipo de conexión. El modelo neuronal básico se compone de canales de entrada y salida y es muy importante la plasticidad de las nuevas conexiones neuronales. El intercambio, en este sentido, es muy importante, ya que activa las neuronas para conectar y funcionar.

Ante este panorama, ¿cuáles son las principales habilidades que los seres humanos deben desarrollar?

Control en la velocidad, sobre todo. Necesitamos innovar en cómo ayudar a las personas a suscribirse rápidamente, publicar y gestionar la información sin caer en una sobrecarga de información. Todo el mundo necesita nuevas tecnologías, pero no debemos cerrarnos a sus funciones. Necesitamos algunos avances en las interfaces de la tecnología humana que puedan ayudarnos a administrar nuestro flujo de información mucho más fácil de lo que lo hacemos en la actualidad. Hoy en día, es fácil acceder a las noticias de última hora en tiempo real y al mismo tiempo, disfrutamos de relajadas lecturas en nuestro tiempo libre. Sin embargo, necesitamos conexiones a Internet ubicuas, incluso sin derechos de autor para las personas que comparten. El espíritu de compartir es la fuerza suprema que crea nuevas tecnologías útiles. Con más y más información que fluya libremente a través de nuestra red social, el sistema neuro-social basado en las personas podrá tomar forma. La «Internet de las cosas» participará y dará soporte a este proceso en la evolución de nuestra inteligencia.

¿Puedes ver una predisposición a compartir, más allá de información, en el escenario mundial actual?

Las personas cuantifican el valor, después comparten. Esto es el núcleo del Sharism. La reacción en cadena del compartir nos ayudará a filtrar la información valiosa de todo el mundo. Las barreras del idioma no serán tan significativas como lo son ahora. Como primer usuario de un «RT» (forma corta para referirse a un “retweet” en el ámbito de Twitter), veo la rápida propagación de un meme (la unidad mínima de la información) a través de varios idiomas. No obstante, aún necesitamos el contacto humano, cara a cara, las interacciones sociales, etc. para formar redes sociales dignas de confianza. Esto es tan importante como la configuración de la tecnología. Incluso una reunión entre dos personas, podrá incorporar una gran cantidad de información compartida incluyendo el lugar, hora, comida, etc. Creo que cada meme, encontrará a su persona ideal, eventualmente.

Durante tu conferencia en el Cibernarium del Mediatic decías que «todo cambió» cuando comenzaste a compartir. ¿Cómo era tu vida antes de eso?

Yo era tan normal como otras personas que nacieron en la década de 1970 antes de iniciar con los blogs en el 2002. Por casualidad, me actualicé a mi mismo varias veces a través del intercambio en las redes coaieles. A partir de entonces, no soy persona de una sola ciudad, de una sola lengua, de una sola comunidad, de una misma área… Siento que mi conocimiento puede ser reutilizado por más personas cada minuto y la vida es mucho más interesante para mí ahora que hace 10 años. Puedo sentir los cambios del mundo y cómo mis contribuciones son parte de él. Lo ideal sería que todos pudieran pensar igual. Hoy en día, compartir es más práctico de lo que podemos imaginar.

¿Cuáles son las cuestiones que habría que tener en cuenta a la hora de evaluar el comportamiento contributivo en las organizaciones? ¿Y en los nuevos modelos sociales?

Podemos ver pioneros del Sharism, ya sean individuos u organizaciones, que están disfrutando de sus retornos. Toda la sociedad está sintiendo el efecto positivo de los retornos, pero se trata de un proceso lento, ya que hay todavía mucha mentalidad capitalista tradicional alrededor. Sin embargo, con más desafíos a los modelos de negocios, los valores sociales tendrán un peso cada vez mayor en cada transacción comercial. Con el tiempo, esto obligará a los recién llegados a unirse.

En tu experiencia, ¿cuáles son los «obstáculos mentales» que habría que superar para poder desarrollar la «cultura del compartir»?

Tenemos muchos legados en nuestra sociedad… Después de todo, también se debe al intercambio cultural en las generaciones anteriores. Sin embargo, no están lejos de ser socialmente los valores razonables. La cultura cerrada, las cámaras secretas, los derechos reservados  y la censura, han limitado nuestra habilidad y coraje para compartir cosas nuevas. Cualquier sociedad que he visitado o en que he vivido me ha permitido ver todos estos tipos de jaulas invisibles que nos rodean. Y no es que tengamos que romper con ellas durante la noche, sino darnos cuenta de que ellas mismas se están volviendo obsoletas.

¿Sabes qué organizaciones o empresas están desarrollando metodologías para compartir? ¿Es necesario su desarrollo? ¿Por qué?

Sé que muchos empresarios están trabajando en la economía basada en el intercambio y la acumulación de capital social. Es muy importante para nuestra próxima generación vivir con confianza en la economía digital. La Universidad de Harvard, junto con la Universidad de  Stanford, acaba de lanzar un programa público para recoger ideas para «Una Internet mejor». Veo comentarios muy activos al respecto. Algunos movimientos de código abierto, como la Fundación Mozilla, tienen ideas similares basadas en la práctica del navegador. Al-Jazeera, por otro lado, está trabajando muy duro para cambiar sus modelos tradicionales de negocio.

¿Está destinada al ecosistema online la cultura del compartir?

¡No! El reto está en conectar el meme con el átomo. ¡Todo el mundo podrá beneficiarse!

¿Puedes explicar tu idea de “Dios Social”?

Habría que empezar diciendo que siempre estoy buscando mi fe personal… Actualmente toda la sociedad está evolucionando hacia una inteligencia global y lo que veo es muy parecido a lo que ha sucedido en la historia religiosa, en el sentido de que estamos “esperando” que algo ocurra. Muy personalmente, creo que un “dios bebé” está creciendo de la propia sociedad: santo, verdadero y bello.

*Christian Obregón es crítico de arte, networker y editor. Graduado en Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Especialización en Innovación Organizacional por Helix3c (Barcelona, España) y en Diseño de Redes Sociales y Asociacionismo por el Laboratorio de Redes Sociales e Innovación del Citilab (Barcelona, España) https://mindwarecorp.wordpress.com

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