Presidente de la Fundación Cyborg, Neil Harbisson (1982) es un artista anglocatalán, reconocido por su propuesta artística basada en el sonocromatismo, un sexto sentido cibernético que permite a los seres humanos “escuchar” los colores y “ver” el color de los sonidos.
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Presidente de la Fundación Cyborg, Neil Harbisson (1982) es un artista anglocatalán, reconocido por su propuesta artística basada en el sonocromatismo, un sexto sentido cibernético que permite a los seres humanos “escuchar” los colores y “ver” el color de los sonidos.
Poseedor de una condición física llamada acromatopsia, la cual le impide ver a color desde su nacimiento, Neil se convirtió en 2004 en la primera persona que portaba un eyeborg, una especie de prótesis diseñada por él mismo que, mediante la conexión a un software y su cerebro, le permite traducir la frecuencia de onda de los colores en sonidos y a la inversa.
Reconocido por el gobierno británico como “ciudadano cyborg”, actualmente Harbisson promueve activamente los derechos de las personas a insertarse tecnología en el cuerpo, con o sin fines terapeúticos.
Exhibida hasta noviembre próximo en el marco de la Bienal de Venecia, su obra comienza a ser considerada como un auténtico laboratorio de los sentidos que, a caballo entre el dibujo, la instalación y el performance,está demostrando que en la fusión hombre-máquina aún no todo está dicho.
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¿Cómo te diste cuenta de que tenias acromatopsia?
En la escuela siempre tenía dificultad para saber el color de cada objeto, por eso memorizaba los colores de ciertas cosas. Si me preguntaban el color de algo que tenia memorizado podía responder, pero realmente no sabia si era de ese color o no, porque nunca había visto el color realmente. Eso me daba problemas a la hora de tener que elegir el color para dibujar cualquier cosa ya que no podía distinguir entre lápices de distintos colores. Eso hizo que detectaran un problema con los colores que en un principio diagnosticaron como daltonismo, después los médicos vieron que confundía no algunos sino todos los colores y llegaron al diagnostico definitivo: acromatopsia.
¿Cómo enfrentaste y viviste esta situación hasta desarrollar tu propio eyeborg?
En aquella época de mi infancia siempre me sentí diferente por varios motivos como tener apellidos extranjeros, ser zurdo o vegetariano. El tema de los colores era algo más, pero no el único por el que me sentía diferente.
¿Cómo entras en contacto con la cibernética y la persona que te ayudó a desarrollar el eyeborg?
Resulta que hace unos años fui a Inglaterra a estudiar composición musical experimental donde, entre otros asuntos, se tocaban ámbitos tecnológicos. En una conferencia de cibernética, descubrí que existía la posibilidad de usarla para componer música o proyectos interactivos. Uno de los proyectos que me emocionaron consistía en instalar un sensor en la espalda que te permitía percibir lo que había detrás, como un ojo. Fue ahí que se me ocurrió que seguramente era posible también crear un ojo para poder ver los colores. Hablando con la persona que presentó este proyecto descubrí que sí era posible e inmediatamente empezamos el proyecto del eyeborg.
¿Qué tecnologia lo soporta y cómo funciona?
El eyeborg capta el color y baja 40 octavas su frecuencia. Los colores están a millones de ondas por segundo y nosotros sólo podemos escuchar hasta 20 mil ondas por segundo. Si se observan las frecuencias de cada color se puede ver qué nota sería si se pudiese escuchar el color. Lo que hace el eyeborg es detectar la frecuencia del color e ir bajando octavas hasta que se pueda escuchar.
Como presidente de la Fundación Cyborg, ¿cuáles son los objetivos de la organización a corto plazo?
La Fundación busca sobre todo crear conciencia en los niños sobre la fusión entre humano y máquina, no sólo en términos terapéuticos sino también como vía para aumentar el alcance de los sentidos. En la organización, hay tres puntos básicos. Uno es defender los derechos de los cyborgs, es decir, hacer lo posible para ayudar a gente con problemas legales por tener tecnología incorporada al cuerpo. El segundo punto es crear otras extensiones cibernéticas para extender otros sentidos aparte del de la vista con el eyeborg. Y el tercero es dar a conocer el significado de la palabra cyborg, porque la gente aún lo asocia a ciencia ficción y queremos que se cambie esta idea.
Sé que también tienen un programa de investigación….
Actualmente estamos desarrollando el eyeborg a la inversa, enfocado a personas con sordera para que puedan visualizar música. También estamos trabajando con una coreógrafa que quiere desarrollar el sentido de la velocidad para percibirla de forma exacta.
Qué reflexión te produce el tema de que en un futuro seremos una especie que tendrá partes de tecnología integrada al cuerpo.
Creo que va a ser muy normal tener tecnología aplicada en el cuerpo durante las próximas décadas. Ahora ya empieza a ser normal que la gente se aplique tecnología por razones médicas y de alguna manera, tenemos ya casi integrados ciertos dispositivos como teléfonos, ordenadores, etc.
Supongo que en el campo de la bioética hay mucho que decir en este sentido…
Tarde o temprano los gobiernos van a querer decir que es ético y que no, pero creo que tendrán que adaptarse a lo que las nuevas generaciones quieran hacer.
Alguna vez me comentabas que lo más importante para ti no era cómo reaccionaba tu cerebro con el hardware del eyeborg, sino como se había fusionado éste con el software que lo hace funcionar.
Yo no me sentí cyborg cuando me instalé el eyeborg. La unión real la empecé a notar cuando deje de diferenciar lo que el software y mi cerebro me decían. Cuando sucedió esto ya había una conexión entre ellos, ahí es donde realmente el organismo y la cibernética se unieron y me sentí cyborg.
¿Cómo te diste cuenta?
Cuando empecé a soñar en color: escuchando colores. De pronto me di cuenta que mi cerebro estaba creando los mismos sonidos electrónicos que el eyeborg.
¿Has tenido miedo de que tu cerebro tenga una reacción secundaria?
No. De momento, el único efecto secundario que me ha producido el eyeborg ha sido el dolor de espalda por llevar el ordenador con el primer modelo de eyeborg que requería que trajera una mochila siempre conmigo. La sociedad es la que me ha hecho tener algo de miedo, porque realmente no se sabe si tendrá efectos secundarios llevar un aparato electrónico 24 horas al día durante tantos años.
¿Cómo explicarías con tus propias palabras el “sonocromatismo”?
Como la unión entre el sentido del color y el sentido de la audición.
Me imagino que habrá gente que quiera reproducir el principio de software y hardware del eyeborg ¿Lo has patentado o estás pensando reproducirlo para ayudar a más gente?
Estoy pensando en reproducirlo, pero no en patentarlo. El objetivo es que cada uno se pueda hacer su eye-borg en casa. La escala que uso ya esta en internet, la relación color-sonido de frecuencias que cree ya es publica. Lo que no hemos colgado aún es el programa para que se pueda meter en un chip, porque aún no tenemos la versión final. Habrá que esperar un poco.
Más información: www.harbisson.com
*Versión original de la entrevista publicada en el número 04 de la revista Caviar Izquierda